¿Qué es realmente la violencia obstétrica?
¿Cómo podemos identificarla para no realizar esas prácticas o para que nos las realicen sobre nuestro cuerpo?
La violencia obstétrica aparece cuando hay dominación del cuerpo de la mujer y sus procesos reproductivos por parte del personal de salud.
La violencia obstétrica se manifiesta mediante un trato deshumanizado, el exceso de intervenciones médicas y la patologización de los procesos naturales, lo que resulta en una pérdida de autonomía y de la capacidad de tomar decisiones libres sobre sus cuerpos y su sexualidad.
Todo ello tiene un impacto negativo en la calidad de vida de las mujeres, pero en una sociedad patriarcal apenas se tiene en cuenta la vida (psicológica, sexual o física) de las mujeres tras el parto.
Según la OMS existe una falta de respeto y maltrato durante la atención al parto.
Un evidente maltrato físico, una profunda humillación y maltrato verbal, procedimientos médicos sin consentimiento o coercitivos (incluida la esterilización), falta de confidencialidad, incumplimiento con la obtención del consentimiento informado completo, negativa a administrar analgésicos, violaciones flagrantes de la privacidad, rechazo de la admisión en centros de salud, negligencia hacia las mujeres durante el parto —lo que deriva en complicaciones potencialmente mortales, pero evitables.
Todo esto, protegido por las instituciones, perpetúa la supremacía, narrativa y control que el patriarcado ejerce sobre los derechos y autonomía física de las mujeres (Fuente de Mara Riooy).
Por todo ello, es necesario Erradicar la Violencia Obstétrica (EVO).
Puedes sufrir este tipo de violencia antes de estar embarazada, durante tu embarazo, durante el parto y después de tu embarazo.
Antes y durante el embarazo:
Uso de violencia psicológica y verbal.
Presionar y malinformar a las mujeres con endometriosis de que pueden sin problemas tener un bebé, volviendo a ver a la mujer como simple medio para conseguir un fin: un bebé.
Daños físicos por exploraciones bruscas y violentas.
La falta de inversión en investigación.
Una baja conciencia social sobre patologías femeninas.
Durante el parto:
Episiotomía, cesárea y otras intervenciones médicas innecesarias.
Separar al bebé de su madre durante un tiempo.
No permitir el libre movimiento en el parto y obliga a parar acostada o inmovilizada.
Estrés postraumático.
La madre es un simple instrumento para dar vida.
Después del embarazo:
Negar la posibilidad de amamantar al bebé nada más nacer.
Lactancia en general.
Estrés postraumático.
Depresión postparto.
Falta de cuidados hacia la madre.